Algunos consejos que pueden ayudar a una mejor
gestión
del tiempo:
No retrasar el comienzo del estudio. Hay
que estudiar desde el primer día pues en que entramos
a estudiar
a estudiar
La planificación diaria hay que cumplirla
con
rigurosidad: si uno empieza a a estudiar a
las 4,30
de la tarde debe ponerse con
de la tarde debe ponerse con
los libros justo a esa hora y no media
hora más tarde.
Mientras antes se empiece antes se termina.
Anticipar el estudio. Por ejemplo, si el lunes el
profesor envía deberes para el jueves es
conveniente
tratar de hacerlos el mismo lunes, cuando la materia
aún está
fresca.
Además, permite contar con cierto margen por
si
hubiera que resolver alguna duda.
Aprovechar los ratos muertos: Por ejemplo,
en el autobús, en la parada del metro, etc.
Estos
momentos se pueden aprovechar repasando
la lección, avanzando con los deberes,
etc.
Fijarse objetivos diarios: No se trata de estar
todos los días un número determinado de horas
delante de los libros, sino de que esas horas cundan.
Para ello es importante
fijarse unas metas.
Finalizado el tiempo de estudio valorar el
rendimiento obtenido: Todos los días, una
vez se
ha terminado de trabajar, hacer una rápida valoración
de si el tiempo ha
cundido y en caso negativo tratar de
determinar las causas.
Reservar para después del estudio alguna
actividad agradable: Por ejemplo, una
vez
finalizado el estudio prepararse una buena merienda.
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